Nicolas Demorand, la vida después de la explosión de su testimonio "Noche Interior" sobre la salud mental

Colocó frente a él cajas de tinta de colores: verde, azul, naranja y negra... Además de una serie de pequeños sellos personalizados: «Habla al fin», «Créeme, todo saldrá bien», «Incluso en una vida dañada, hay un horizonte...». En otro, una nube de pequeños corazones. Nicolas Demorand lleva mucho tiempo sin poder escribir a causa de unos medicamentos que le hacen temblar las manos. Así encontró la manera de dedicar su libro a las 180 personas que acudieron a su encuentro el pasado 25 de abril en Rennes, a los pies de la redacción de Ouest-France .
"Sepan que estoy en un bajón...", advirtió el presentador del programa matinal de France Inter, como preámbulo a su conversación con los rennesanos, entre los que se encontraban numerosas personas con trastorno bipolar o familias afectadas. Las preguntas casi todas empiezan de la misma manera: nombre, ocupación, fecha en que se realizó el diagnóstico de trastorno bipolar.
Se trata del primer encuentro con sus lectores desde la publicación, el 27 de marzo, de Intérieur nuit (Les Arènes), en el que el periodista revela un trastorno bipolar diagnosticado hace ocho años, tras una dolorosa peregrinación médica. Se muestra "completo" . Estuvo tan enfermo en los días previos que sus familiares pensaron que no podría venir. Antes eso era lo que hacía: se disculpaba, cancelaba, se quedaba acurrucado en su sofá.
"Nunca lo habíamos imaginado... ¡Bravo por vuestro coraje!", dijeron Gaëlle y Jean, citados por Ouest-France en su edición del 26 de abril . "Eres un poco de mí. Y yo soy un poco como tú", le susurra Mabel. Eric resume, para el diario regional: «Hace público el sufrimiento de todos los enfermos mentales. ¡Es increíble cómo consigue que la gente venga!». De vuelta en París, el trabajador matutino envió un mensaje de texto encantado a su primo, Stéphane Demorand, a quien consideraba un hermano: «¡Un verdadero grupo de apoyo!». Ya no era minoría… Hablábamos de los tratamientos entre risas. »
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